Que un adulto tenga piel atópica resulta bastante molesto, pero las consecuencias que puede ocasionar en su vida diaria, suelen ser bastante leves. Cuando un bebé padece de piel atópica... la cosa cambia. Y no sólo por el enrojecimiento de su delicada piel o el insoportable picor, si no también por el sufrimiento de los papás al ver así al bebé y por la desesperación de las noches sin dormir.
¿Queréis
saber qué es la dermatitis atópica, cuáles son las causas que la
provocan y cómo vencerla?
La
dermatitis atópica es una enfermedad crónica no contagiosa, cuyos
principales síntomas son el picor intenso y la descamación de la
piel. En los bebés, aparece como un eccema que produce
enrojecimiento y picor. A veces, también aparecen una especie de
pequeñas ampollas llenas de líquido, que se rompen y formarán
costras.
Y
es que, como todo en esta vida, existen diferentes grados de
afectación. Encontraréis bebés y niños con una dermatitis atópica
ligera de fácil tratamiento, pero también los hay que padecen
dermatitis atópicas muy severas, resistentes y que se convierten en
un “hueso duro de roer”.
Las que tengáis bebés con piel
atópica, sabréis que también existen momentos en los que ésta es
más aguda (brotes) y otros en los que parece que se produzca una
gran mejoría. Por
norma general, los brotes empiezan con el enrojecimiento y el picor.
Si creéis que está iniciando con uno de ellos, lo mejor es
consultar rápidamente con el médico y empezar lo antes posible
con el tratamiento.
Suele
aparecer en bebés de 2 o 3 meses y especialmente en la zona de los
brazos, las piernas, la cara o el pecho. La tendencia general es que
con la edad, la dermatitis atópica mejore.
Pero
¿Sabéis qué es lo que provoca la piel atópica? Pues la verdad es
que las causas son desconocidas. No se relaciona directamente con
ningún alérgeno, aunque sí que es verdad que muchos de los bebés
y niños que la padecen cuentan con algún familiar con alergias
diagnosticadas. Algunos consideran que se trata de una falta de
maduración de las células de la piel, lo que justificaría que
pueda desaparecer con los años.
Cuidados especiales para aliviar las molestias de la piel atópica en bebés
Las
que tengáis bebés con piel atópica, entenderéis que hable de
sufrimiento al ver a un bebé tan pequeño con un picor insoportable,
que no consigue coger el sueño durante horas, que cuando tiene un
brote está de mal humor, que llora mucho y ríe poco...
Por
ello, queremos daros una serie de recomendaciones para intentar
aliviar el malestar del bebé. A pesar de que no existe ningún
medicamento que cure la dermatitis atópica, el médico os
prescribirá un tratamiento farmacológico específico, encaminado a
aliviar los síntomas. Así mismo, también recomendamos:
Hidratar
la piel. La piel seca no ayuda y para ello lo mejor es una buena
hidratación, a diario y las veces que haga falta.
¡Es muy
importante que las cremas no contengan alcohol! Y resulta curioso
pero las típicas cremas hidratantes para bebé lo contienen. Nunca
he entendido el por qué... Las cremas hidratantes con alcohol
únicamente incrementarán más el escozor y el niño puede “llegar
a ver las estrellas”. Lo ideal son cremas que tampoco tengan
perfume ni otros componentes que puedan causar irritaciones.
Las
uñas. Cuando sentimos picor, sabemos que tener las uñas largas
puede facilitar que nos rasquemos y proporcionarnos un gran placer,
pero los resultados pueden ser nefastos, sobre todo en un bebé. Muy
importante mantener sus uñas cortitas, redondeadas y sin puntas o
aristas con las que pueda dañarse.
Paños
de agua fresca. Si veis que el bebé se encuentra muy molesto, podéis
aplicarle paños frescos y húmedos sobre la piel. Veréis que
sentirá alivio y se relajará.
La
alimentación. A pesar de que la dermatitis atópica no se encuentra
relacionada con ningún tipo de alergia, la clave está en observar.
Si veis que hay algún alimento, sea el que sea, que acuse o agrave
el brote de dermatitis, lo mejor que podéis hacer es eliminarlo de
su dieta. Al menos de forma temporal.
Evitar
el frío y el calor. Para un bebé, tanto el frío como el calor
pueden tener efectos irritantes. El sudor se encuentra entre uno de
los principales desencadenantes del picor. Cuando hace mucho calor,
es difícil evitar que el niño sude. Pero intentar no abrigarlo en
exceso, incluso en invierno. Por otro lado, los inviernos fríos y
secos tampoco son lo mejor. Evitad el ambiente seco mediante un
humidificador. Puede resultaros de gran ayuda...
El
baño. Es preferible el baño a la ducha, ya que relaja y aporta
flexibilidad a la piel. Si es ducha, mejor de corta duración.
El
agua de los baños frecuentes puede resecar aún más la piel del
bebé. Os recomendamos una higiene diaria y un baño cuando el bebé
lo necesite o unas tres veces por semana. Prestad atención al PH
neutro de los geles que utilicéis. Tras el baño, podéis
secar al bebé sin frotar y aplicar crema hidratante.
Tejido
de la ropa. Deberéis evitar las prendas de ropa de fibras
sintéticas, así como las prendas de lana o los tejidos rugosos, que
puedan causar más irritaciones. Lo mejor son las prendas de ropa de
algodón o de lino, ya que son más suaves, ligeras y transpirables.
Además de las prendas de ropa, vigilad también la ropa de cama, los
arrullos o muselinas que utilicéis. Mirad!
Pero
nuestra principal recomendación frente a bebés y niños con piel
atópica, es la paciencia. Si os encontráis muy agobiadas por no ver
progreso alguno en la enfermedad, pensad que la tendencia general es
la mejoría. Cada día queda un poquito menos... ¡Paciencia!

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